«Sentí un grito que atravesaba la naturaleza»
CARTA DE LA DIRECTORA
Valencia 29 de Mayo 2021
“ Sentí un grito que atravesaba la naturaleza ”.
Después de años dándose avisos, parece inminente que el calentamiento del sistema climático es innegable, como se evidencia en el aumento de las temperaturas medias globales del aire y océano, el derretimiento generalizado de la nieve y el hielo, que tiene como consecuencias el ascenso global medio del nivel del mar.
La tierra como si fuera un organismo vivo cambia, estos ciclos naturales son largos, pero ya nadie cuestiona que se está produciendo un cambio en estos ciclos muy importante desde finales del siglo XIX , acelerado dramáticamente desde mediados del siglo XX, todo ello debido a las actividades humanas sin ninguna duda.
Esto ha producido que el tiempo del próximo cambio se haya acelerado con unas consecuencias desconocidas, lo que exige una solución de urgencia en las causas que lo provoca.
Inevitablemente tenemos que hacer referencia al sistema económico actual, ya que éste parece un actor muy importante en las causas, teniendo en cuenta que el objetivo prioritario de este sistema es ganar dinero, es fácil entender que otras cuestiones quedan en segundo término, lo que lleva, parece ser, a una explotación masiva y depredadora del planeta no pareciendo que se tuvieran en cuenta las consecuencias, y la alternativa que se empieza a sugerir de exportar este modelo a otros planetas, no parece la solución ya que también se desconocen las consecuencias.
Lo que parecía algo apocalíptico fruto de una novela de ciencia ficción parece que está llegando, los polos se derriten, la alteración climática es evidente, la comunidad científica parece que ha llegado a un consenso que nos hace ver que las medidas son de carácter urgente, se está llegando al punto de no retorno, obviando el sistema algo tan de cajón como que sin la naturaleza no existiríamos.
El proyecto El grito nació de todas estas problemáticas reales, que desde ya de niña me dolía por dentro.
Recuerdo aquellos días que nos sentábamos frente al televisor completamente emocionados esperando ver aquellos maravillosos documentales de la figura mítica que era Félix Rodríguez de la Fuente, un naturalista y divulgador ambientalista español, defensor de la naturaleza.
Destacando uno de sus grandes proyectos, “El hombre y la tierra”. Contribuyó en gran medida a la concienciación ecológica de España en una época en la que el país todavía no contaba con una conciencia ecológica ni movimientos de defensa de la naturaleza.
Unos documentales que nos hicieron entender que la naturaleza es bien escaso, que nos cuida como una madre y sin ella somos incapaces de existir.
Contados mediante imágenes, apoyadas por las palabras de un hombre que narraba de una forma apasionada y auténtica todas sus vivencias. Siendo un gran catalizador de hermosos valores que se fueron arraigando en las conciencias de muchos, ante todo en los adultos del futuro.
Creo que una de sus grandes fórmulas era llegar mediante la ciencia y la lógica a la emoción, haciéndonos descubrir sentimientos que anidaban en nosotros pero lo ignorábamos. Empezamos a comprender que la inteligencia global y el cuidado del medio natural es un bien necesario.
Esa manera de contar su historia era ciertamente inspiradora. Junto a una narrativa audiovisual y verbal que combinados, eran interesantes, apasionantes y ante todo inspiradores.
Ese fue uno de los principios de los cuales me inspiré para desarrollar el proyecto de El grito, la diferencia es que la manera de narrarlo sería un poco distinta.
En este caso pretendía llegar a un mensaje contrastado y real, pero utilizando la fantasía o ficción para contarlo de un modo completamente distinto y asequible para todos aquellas sensibilidades que solo necesitan ser estimuladas y que son imprescindibles para crear un mundo mejor.
La fantasía si está bien utilizada como símbolo, es un medio para expresar en abstracto cosas que de un modo directo, no podríamos expresar de la misma manera. Y si la fantasía es símbolo de aspectos reales, aunque sean abstractos, puede ser un vehículo para facilitar la comprensión de algo que no es tan directo y que no se ve tan claramente con los ojos, ampliando mucho más la visión de las cosas.
Nos inquietamos por la destrucción de ese mundo exterior que constituye nuestro marco vital, sin embargo hay otra forma de destrucción de la cual no se habla, que es igualmente trágica, la de nuestro mundo interior.
Cuando todo se subordina al beneficio, se empieza a explotar a las personas y finalmente al medio ambiente.
El grito hace una investigación donde podremos entender por qué estamos contaminando el medio y cuáles serían las opciones para remediarlo. Investigando junto a científicos las problemáticas más actuales que estamos sufriendo sobre problemas del medio ambiente producidos por nosotros los humanos. .
Toda esta valiosa información se representará mediante creativos de diferentes disciplinas donde crearán sesiones fotográficas con personajes conceptuales de ficción o fantasía
cargados de simbologías que mostraran las diferentes situaciones de un modo libre, único y ante todo inspirador.
Quizás ayudando a despertar el talento de las mentes dormidas.
Lidia Aparicio (España)
Directora